La triste medida de nuestra moral

De los rasgos sobresalientes del absurdo universo humano hay uno que resplandece por sobre el resto: un repugnante desprecio por todas las formas de vida existentes. Un mundo de inmensa crueldad.
Las aberraciones en contra del mundo animal no pueden seguir siendo admitidas. Quien posee la cobardia y maldad suficiente para realizar este tipo de acciones deberian morirse de una vez por todas. Si Dios quisiera darnos una prueba verdadera de su existencia, deberia tragarse por completo a casi toda la humanidad, a esta multitud de imbeciles capaces de provocar tanto sufrimiento que somos.
Schopenhauer, afirma: "La vista de cualquier animal me regocija y me ensancha el corazon (...) Por el contrario, la vista de los hombres excita casi siempre en mi una aversion muy señalada, por que con cortas excepciones me ofrecen el espectaculo de las deformidades mas horrorosas y variadas: fealdad fisica, expresion moral de bajas pasiones y de ambicion despreciable, locura y perversidades de todas clases y tamaños; en fin, una corrupcion sordida, fruto de habitos degradantes. Por eso me aparto de ellos y huyo a refugiarme en la naturaleza, feliz de encontrar alli a los "brutos"."
¿Los "brutos"? ¡Cuanto hay por aprender de ellos! Oigan ustedes sabios, cientificos, sacerdotes, politicos, militares y hombres de todo tipo.
Lo que el hombre se realiza a si mismo, cuan merecido lo tenemos. Y aun queda muchisimo mas por sufrir. Pero, la crueldad hacia la naturaleza es la medida de nuestra moralidad, me dijo una vez una solitario viajero del desierto.
Respecto a esta moral aberrante, de quien ataca y destruye a inocentes, de seres asi, no puede esperarse mas que una cultura aborrecible.
Siendo esto asi, tan solo deberiamos esperar que el progreso sin rumbo de la civilizacion acelere sin mas remedio y tal vez como unico antidoto para la salvacion de la tierra, el proceso de desaparicion del hombre.
No obstante, un Guerrero no muere sin combatir tanta aurea mediocritas. Un Guerrero siente profundo dolor, verguenza y una culpa que le carcome el higado. Pelear hasta la muerte, con la derrota siempre un paso atras aunque sabiendo que sera la legitima vencedora, es esta la unica forma de redimirse de tanta crueldad

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