Breve proclama



Narrar una existencia minima, como la mia, exige volver el tiempo atras. Incluso mucho mas atras de aquellos sucesos extrañables de la niñez. Estamos hechos de los despojos de vidas ajenas: de la gran Historia.
Enajenados por el dolor de un mundo que sangra profusamente por un herida que jamas cerrara, estamos. Teniendo en cuenta esta situacion, le exigimos al mundo la inmediata devolucion de aquello que nos corresponde: nuestra existencia, nuestro espacio.
¿Que quiero decir con todo esto? ¿Perder la memoria historica, quizas? De ningun modo. Justamente, esto es lo que esta ocurriendo actualmente. Recuperar aquello que nos corresponde significa de una vez por todas tener acceso a un libre albedrio genuino. Morir como y cuando queramos, consumir las sustancias que deseemos, acostarnos con quien y con cuantos tengamos ganas, hablar, opinar y actuar como realmente creemos que es conveniente. ¡Estamos hablando de un verdadero aquelarre, señores!
No obstante, como ha repetido incansablemente el señor poeta Joaquin Sabina citando al bueno de Fernando Savater: -"Soy un anarquista que respeta los semaforos."
Deseamos, entonces, cometer todos aquellos pecados que justifiquen una existencia como la que queremos tener. Caos organizado: a eso llamo yo una sana civilizacion.

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